Los aguacates, además de proporcionar varios nutrientes importantes para el cuerpo, están cargados de grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas, que brindan diferentes beneficios para la salud pudiendo ayudar también a reducir tus cifras de colesterol.
Según una investigación publicada por la Asociación Estadounidense del Corazón , consumir un aguacate al día puede reducir los niveles de lipoproteínas de baja densidad (LDL), también conocido como colesterol "malo".
Los niveles elevados de colesterol en sangre aumentan el riesgo de sufrir eventos como un ataque cardíaco y un derrame cerebral.
Las grasas insaturadas, como las que se encuentran en los aguacates, se consideran tipos de grasas saludables. Y los aguacates no tienen colesterol alguno.
Tanto las grasas poliinsaturadas como las monoinsaturadas pueden ayudar a reducir los niveles de colesterol en sangre, lo que hace que los aguacates sean un alimento saludable para el corazón. Pero los beneficios del colesterol de los aguacates se extienden incluso más allá de esto.
La reducción del colesterol no es el único beneficio potencial de incluir aguacates en tu dieta. Otro estudio encontró que comer un aguacate en el almuerzo está asociado con una mayor saciedad en las horas siguientes, en adultos con sobrepeso.
Los investigadores también sugirieron que los aguacates podrían desempeñar un papel positivo en la reducción de los niveles de azúcar en sangre.
Además de las grasas buenas y las propiedades para reducir el colesterol, los aguacates contienen vitamina C para el crecimiento y reparación de tejidos, vitamina K para la salud de la sangre, ácido fólico para la función celular y tisular, vitamina B-6 para la función inmunológica, fibra y más.
Las personas a las que se les ha dicho que tienen el colesterol alto suelen ser conscientes de los alimentos que comen y optan por opciones que no aumentan aún más sus riesgos.
Introducir aguacates en las comidas es una gran elección
Para aquellas personas que disfrutan directamente de su textura y sabor, cortar un aguacate por la mitad, cubrirlo con pimienta negra y comerlo sin piel con una cuchara, es una fórmula muy recomendable.
Las personas más reacias a tolerar directamente esta fruta, pueden recurrir a otras recetas como hacer un guacamole fresco y servirlo con galletas integrales o crudités de verduras. También pueden usarlo para combinar en ensaladas o incluso con pescado.
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